Todo en Bilbao guarda una historia, un rumor o una leyenda. Hoy vamos a descubrir a los Txikiteros, una figura que con el paso de los años se adueñó del Casco Viejo para luego desaparecer, aunque no del todo, ya que poco a poco vuelven a llenar las Siete Calles.
Vamos a descubrir quiénes son, por qué se les conoce así y, lo más importante, cómo puedes tú convertirte en uno en tu escapada a Bilbao.
¿Quiénes son los Txikiteros?
La definición más simple, aunque a la vez crea nuevas preguntas, es decir que los Txikiteros son aquellos que beben txikitos. Ya te lo advertimos, pero si quieres ser un auténtico Txikitero necesitas saber usar todos los términos de su vocabulario.
Vayamos por orden, ¿qué es un txikito? Es una unidad de medida para los que beben vino en Bilbao, que solían hacerlo por el Casco Viejo usando un vaso especial llamado vaso de Txikito.
El vaso pesa algo más de 600 gramos, es pequeño, ancho, y con gran parte de la base rellena de vidrio, con lo que la cantidad de vino que se vierte es pequeña. Si trasladáramos los pintxos al mundo de las bebidas, este sería su equivalente.
Bien, si quieres ser un txikitero de verdad, no vas con tus amigos, sino con tu cuadrilla, y nada de decir que vas a tomar unos txikitos, vais de pote o de poteo.
Vaso de Txikitos
Ahondemos un poco más en la herramienta principal de un Txikitero, su vaso de Txikitos. Su aparición no fue como imaginas, no hubo nadie que lo creara específicamente para este menester. Nada más lejos de la realidad.
Estas características tan peculiares se deben a que fue concebido para portar farolillos. Fíjate qué cambio, de iluminar las calles a iluminarte a ti tus mejillas después del cuarto sorbo.
Todo se remonta a la visita de la Reina Victoria Eugenia a la Villa en 1920 para ser testigo de las Regatas. Para esta ocasión, decidieron colocar cientos de farolillos para iluminar mejor las calles. Una vez la reina se marchó, ¿qué podían hacer con tantos recipientes? La mejor respuesta siempre se encuentra en una botella de vino.
El visto bueno de los Txikiteros
A pesar de lo aparatoso de su tamaño y su poca capacidad, los txikiteros aceptaron de buen grado su nueva herramienta, aparentemente por varias curiosas razones.
La primera de ellas es, precisamente, la aparente poca cantidad de vino que puede contener el vaso. Al ser tan reducido, se aseguraban que cada Txikitero recibía exactamente la misma cantidad.
Además, esto les permitía tomar muchos tragos en lugares diferentes, probando el vino de aquí y de allá. Y cuidado cuando se bebe con tantos sorbos, porque puede subirse rápido a la cabeza y más de uno seguro que acabó ahogando sus penas empapado en la Ría.
Otra razón para la buena acogida es que aseguran que, por sus particulares características, el vaso es más fácil de agarrar, algo que se agradece tras varios sorbos, y que hace bueno cualquier vino, es decir, mejora el sabor sin importar la baja calidad que este pueda tener. Eran otros tiempos, hoy en día es imposible encontrar vino de baja calidad en la Villa.
Día de los Txikiteros
Celebrado por primera vez en el año 1964, el 11 de octubre es el día de los Txikiteros, o el "Txikitero Eguna", aunque no está considerado como día festivo, si quieres ver un ambiente único por las Siete Calles, ese es el mejor día.
¿Qué vas a encontrar? Es como hacer un viaje al pasado, aunque en realidad, es parte de nuestro presente. Cuadrillas de Txikiteros de pote con sus vasos de txikitos en mano, txapela en la cabeza, cantando bilbainadas en coro en honor a la Amatxu de Begoña.
De lo que acabas de leer, seguro que has podido entender la gran mayoría de vocabulario específico de Bilbao, porque poco a poco te vas convirtiendo en un Txikitero.
Las cuadrillas pasean por el Casco Viejo, o las Siete Calles, de bar en bar, tomando vino en honor de la patrona de Bilbao y Bizkaia, la Virgen de Begoña, cuyo día es al día siguiente, el 12 de octubre. Le hacen ofrendas en la esquina de la Calle Santa María con la Calle Pelota. ¿Por qué ahí? Esto es muy importante; en el suelo encontrarás una baldosa con una estrella que muestra el único punto del Casco Viejo desde donde se puede ver la basílica de Begoña, en concreto, su torre.
Justo en esa esquina se encuentra la “hucha txikitera”. En ella, cuadrillas de txikiteros han dejado monedas sueltas durante todo el año y el 11 de octubre se abre y todo el dinero se destina a asociaciones y obras de caridad.
Curiosidades de los Txikiteros
Tenemos que agradecer al párroco de la Catedral de Santiago de Bilbao, Don Epi, que fue un orgulloso Txikitero, la creación de un día específico. Fue él quien lo instauró y a él hay que agradecer que una tradición así siga tan viva como el primer día.
Si estás de poteo con tu cuadrilla y notas que el vino empieza a afectarte, pide un ‘huevo txikitero’. Es un huevo duro que, según dicen, ayuda a llevar el mareo del vino lo mejor posible. En algunos bares, invitan al huevo al pedir tu vaso de Txikito.
Por último, hemos comentado que el día 11 es el día de los Txikiteros, aunque el siguiente día es el día grande de la patrona, la Virgen de Begoña. Si te llamas Begoña y estás durante vuestro día en Bilbao, no te olvides de pasar por el Café Lago, porque te invitarán a desayunar un café y una porción de tarta por compartir nombre con la patrona.
Los Txikiteros hoy en día
Los vasos de Txikitos son objetos de souvenir, ya que pertenecen a la historia reciente de la ciudad. Sin embargo, parece que hay un creciente despertar en la cultura txikitera, y las cuadrillas parecen volver, e incluso muchos bares del Casco Viejo vuelven a servir en sus vasos de txikitos. Los Txikiteros están más vivos que nunca.