En Bilbao no hay parroquianos, hay txikiteros. Este es el nombre que se da a quienes consumen txikitos, un vasito de vino con el que se alterna en los bares. Be txikitero, my friend.
Bruselas, como el resto de Bélgica, puede presumir de ser un lugar cosmopolita en el sentido más amplio de la palabra. Se ha convertido por derecho propio en un crisol de culturas, con más de 180 nacionalidades entre sus habitantes.
Por ello, en sus calles y entre sus murallas podemos ver comercios de todas las nacionalidades, restaurantes de todos los sabores y tabernas de copas eternas.
Y sobre esas tabernas hablaremos hoy, haciendo una recopilación de las más bonitas de la capital belga.
Pasearemos entre tabernas que son consideradas lugares históricos de Bruselas, tanto por su historia como por su estilo arquitectónico. Así que disfrutemos de algunas cervezas artesanales locales en las tabernas Art Decó y Art Nouveau más bonitas de la ciudad.
Prueba de ello fue el nacimiento del Art Nouveau, que a finales del siglo XIX cambió la percepción de casi toda representación artística tanto en Francia como en la propia Bélgica. Este estilo se basaba en líneas curvas que mantenían un alto nivel de atención al detalle y jugaban con el color.
Tras la bandera blanca de la Primera Gran Guerra (1914-1918) llegó la época conocida por todos como los locos, y felices, años veinte. Además de risas y charlestón, trajo consigo una nueva tendencia artística conocida como Art Decó. Predominaron las líneas rectas y se acentuó la importancia de las simetrías, el juego de contrastes y la superficie de los materiales.
Ambos estilos son los claros dominadores de la capital belga y entre sus líneas rectas y curvas se alzan algunos de los edificios más icónicos de la arquitectura europea. Entre ellos, más allá de los grandes monumentos, destacan las conocidas tabernas belgas.
Acompáñanos en este recorrido por lo más representativo de ambos movimientos artísticos y, si eres un gran aficionado a ambas disciplinas, te animamos a participar en el festival Banad. Podrás visitar edificios, asistir a charlas e incluso comprar objetos y mobiliario de la época.
Av. Jean Volders 48, 1060 Saint-Gilles
Aunque se trata de un restaurante, es posible pasar a tomar una copa o una cerveza, aunque se recomienda hacerlo una vez pasada la hora punta de las comidas. Es un claro ejemplo, y quizás uno de sus máximos exponentes, del art nouveau con gran belleza y amor por el detalle. Aunque en su interior también se puede disfrutar de una magnífica decoración art decó.
Este establecimiento no ha caído en la moda turística y se mantiene fiel a sus raíces locales, tanto en el estilo como en el menú. Un lugar para sentirse local y admirar la grandeza de este estilo arquitectónico y decorativo.
Rue Royale 316, 1210 Bruxelles
Sus cimientos se remontan a mediados del siglo XIX, aunque fue renovado según los cánones del Art Nouveau en 1904, lo que explica su aspecto actual. Una vez más, nos encontramos con un restaurante con alma de taberna, o viceversa, donde la elegancia y la calidad de la decoración interior de cada una de las estancias, desde el vestíbulo hasta la sala de poesía, se funden con la alta calidad de la mesa.
Rue Henri Maus 19, 1000 Bruxelles
No fue hasta el año 2000 cuando el edificio que alberga la conocida brasserie-restaurante "Le Falstaff" fue nombrado "monumento histórico". Con sus puertas abiertas y en pleno funcionamiento desde 1903, este lugar siente todos los latidos de la ciudad, ya que se encuentra en pleno centro de la capital belga.
Además de su evidente belleza, se trata de una de las mejores, si no la mejor, brasserie-restaurante de toda la ciudad y un ambiente local que lo convierte en visita obligada en la ruta de cualquier visitante.
Rue de la Bourse 18, 1000 Bruxelles
"Emblemático" puede quedarse corto cuando se habla de este legendario establecimiento de la capital belga. Su maravillosa fachada, que data de 1909, y su mimado interior llevan más de un siglo, desde 1886, sirviendo platos y cervezas a sus visitantes. Una oda a la tradición belga, tanto en comida y bebida como en aspecto y ambiente.
Rue du Finistère 1, 1000 Bruxelles
No podrás pasar de largo ante esta hermosa y representativa fachada Art Déco de mármol. La Taverne Esperance, a sólo 60 metros de la rue Neuve, data de 1930 y presenta líneas, tanto en sus vidrieras como en su decoración interior de mármol original, que ofrecen una continuidad visual típica de este periodo y estilo arquitectónico.
Rue Antoine Dansaert 6, 1000 Bruxelles
En la siempre concurrida y de moda calle Antoine Dansaert's, esta coctelería de 1937 hará las delicias de quienes busquen un gran ambiente, música fantástica y una arquitectura y decoración a la altura de su carta de bebidas. Su sobria y característica fachada azul alberga un amplio abanico de guiños al mundo del arte; desde su pequeña galería de arte hasta música en directo. Con la música como principal atractivo, además de las copas, acogen conciertos y eventos como el "Jazz After Shopping" de los sábados.
Rue des Bouchers 13, 1000 Bruxelles
No puedes dejar pasar la oportunidad de ponerte tus mejores galas y visitar este elegante restaurante que ofrece lo mejor de la cocina bruselense. Abierto desde 1921, Aux Armes de Bruxelles ha experimentado recientemente una completa renovación, creando, como guinda del pastel, una cocina completa con electrodomésticos de última generación para ofrecer el mejor sabor de la ciudad, pero sin renunciar un ápice a sus orígenes.
Galerie de la Reine 30, 1000 Brussel
Al igual que ocurrió con Aux Armes de Bruxelles, La Taverne du Passage ha cambiado muchos aspectos, tanto de la parte que ve el cliente como de la que permanece oculta tras la barra. En esta renovación no han querido renunciar a su identidad, empezando por su emblemática ubicación en las Galeries Royales Saint-Hubert, pero han dado paso a una nueva imagen.
